La derecha argentina es genéticamente golpista y todos los gobiernos civiles desde 1930 lo sufrieron en carne propia. Por eso la derecha no se desvive por ganar elecciones: por regla general se ha reservado los instrumentos para desestabilizar a los gobiernos electos: sea para disciplinarlos imponiéndoles un programa (como trató de hacer brutalmente Claudio Escribano de La Nación en 2003 ante un presuntamente débil Néstor Kirchner), sea creando las condiciones para derrocarlos. Obviamente estos proyectos golpistas (la manera que tiene la derecha argentina de gobernar) nunca osan decir su nombre: ni Onganía ni Videla proclamaron otra cosa que su respeto a las instituciones democráticas, cuando se aprestaban a vulnerarlas, incluso mientras estaban vulnerándolas.
Obviamente, hace décadas que "golpe" ya no significa "golpe militar", sino la creación de las condiciones para imponer de facto un programa de gobierno. Ante gobiernos débiles, la derecha emprende un camino de acoso que termina en la deslegitimación de la autoridad . Los propios votantes se desentienden de la suerte de sus gobiernos o directamente piden que caigan.
El procedimiento de la derecha consiste en ir empujando de a poco la situación hasta que la propia base social pide que su gobierno caiga. Campañas de acción mediática que corroen la autoridad mediante la ridiculización, la demonización, la calumnia sistemática, la degradación de su figura, su desautorización atribuyéndole un exceso de fuerza o un exceso de debilidad, adjudicándole senilidad, demencia o psicopatía al líder que se pretende mellar. Golpes de mercado, instalación de "escenas caóticas" que sugieren desgobierno o instigación a una reacción represiva del gobierno hostigado que sugiere tiranía.
Obviamente, hace décadas que "golpe" ya no significa "golpe militar", sino la creación de las condiciones para imponer de facto un programa de gobierno. Ante gobiernos débiles, la derecha emprende un camino de acoso que termina en la deslegitimación de la autoridad . Los propios votantes se desentienden de la suerte de sus gobiernos o directamente piden que caigan.
El procedimiento de la derecha consiste en ir empujando de a poco la situación hasta que la propia base social pide que su gobierno caiga. Campañas de acción mediática que corroen la autoridad mediante la ridiculización, la demonización, la calumnia sistemática, la degradación de su figura, su desautorización atribuyéndole un exceso de fuerza o un exceso de debilidad, adjudicándole senilidad, demencia o psicopatía al líder que se pretende mellar. Golpes de mercado, instalación de "escenas caóticas" que sugieren desgobierno o instigación a una reacción represiva del gobierno hostigado que sugiere tiranía.
La Nación esta semana lo dice con todas las letras: el peronismo del 55 no cayó por un golpe, sino por sus propios defectos: "escándalos" y "autoritarismo". Pero también podría aplicarse esa doctrina al gobierno débil de Illía: cayó por su lentitud y su falta de autoridad.
La Nacion: "Ni las balas de plomo derrocaron al general Juan Domingo Perón, ni existen balas de tinta, ni, en caso de existir, podrían destituir gobiernos. Perón no cayó por obra de las armas que alzó la Revolución Libertadora en 1955. Cayó, básicamente, porque su régimen se había agotado y abundaban los escándalos y las burdas muestras de autoritarismo.
"Las "balas de tinta" no matan ni hieren, ni mucho menos derrocan gobiernos. Esos proyectiles sólo informan, analizan, investigan y critican. Forman opinión. Si esa opinión, al convertirse en el voto que se deposita en las urnas, resulta políticamente letal, es pura y exclusivamente porque la tinta, al margen de los errores que se puedan cometer, ha sabido transmitir la realidad en la que viven los lectores. (...) Los gobiernos pierden popularidad y caminan hacia su ocaso definitivo exclusivamente debido a sus errores, a las medidas que toman y a las que no toman. Si existe la inflación y aumenta, de poco sirve falsear los índices del Indec. Si aumentan sin pausa los delitos graves a manos de la delincuencia homicida, de nada sirve negar el fenómeno, como finalmente parece haberlo advertido el Gobierno días atrás. Si los fondos jubilatorios son saqueados para invertirlos en proselitismo y los jubilados cobran sus haberes sin actualizaciones, debiendo hacer juicio al Estado durante años, de nada sirve proclamar la defensa de los derechos humanos, una defensa que, además, termina por mostrar su índole falaz cuando se repara en los dudosos antecedentes del nuevo jefe del Ejército. Éstas son las balas, y no de tinta, que han herido al kirchnerismo. Sus propias balas.
"Y podemos agregar otras tan letales como perseguir a opositores y críticos empleando para ello los organismos del Estado; pretender el sometimiento de la Justicia para obtener impunidad en la avalancha de escándalos de corrupción que involucran a altos funcionarios; maladministrar empresas estatales; permitir que concesionarios amigos del Gobierno produzcan catástrofes ferroviarias por haber desviado fondos destinados a la infraestructura ferroviaria, y así podríamos seguir".
La tesis de La Nación es que la acción de los gobiernos derrocados es la causa de los movimientos golpistas que acaban con ellos, no hay ningún otro factor que incida. Además, los motivos de la caída del peronismo del 55 replican los que semanalmente La Nación le atribuye al actual gobierno. Es notable que ningún político opositor de los que hacen profesión de fe republicana haya salido a repudiar la tácita apología del golpismo de La Nación. Lozano, Stolbizer, Solanas, Binner o Donda no tienen nada que decir. El único que dice algo es Macri. El despecho por haber quedado relegado en la preferencia del Círculo Rojo lo lleva a reconocer que tal coalición existe.
Verbitsky en Noticias:
“A Clarín le gustaría un golpe”
Noticias: El kirchnerismo está hablando de golpe de Estado, ¿hay un escenario real de golpe?
Verbitsky: No de golpe de Estado tradicional. Pero estamos hablando el lunes 26 de agosto. Hoy mismo aparece en los diarios Jorge Yoma diciendo que si Cristina no cambia, se tiene que ir.
Cristina en twitter: el Círculo Rojo y el Círculo Negro:
"Las declaraciones del Jefe de Gobierno de la Ciudad en Perfil del día domingo, contando la existencia de un círculo rojo son más que interesantes. ¿No las leíste? Personas muy influyentes que le hablaron para: “frenar al Kirchnerismo”…
"Elegante eufemismo de destitución del Gobierno. Lo identifica como Círculo Rojo. Debo reconocer el acierto y precisión de la definición.
"Me gustaría que dijera los nombres. Aunque al menos para mí no es necesario. Basta leer diarios, escuchar radio o mirar televisión y conocer los personajes; y tener memoria. Viejos y “nuevos políticos” que fueron parte de la Argentina de 2001, 2002, y del ´90 también.
"Algunos eran muy jóvenes y desconocidos, pero acompañaron políticas y gestiones. Otros, viejos conocidos de siempre… Banqueros, dueños de medios y sus loros mediáticos, gurúes económicos, empresarios monopólicos, dirigentes sindicales “quema urnas”, “barrabravas”… o expertos en bloqueos, saqueos y otras yerbas. O hierbas y algo más. Algunos reúnen todos los instrumentos.
"En fin, nada nuevo bajo el sol, una vez más los intentos destituyentes. Y van…".
La derecha hoy en dia podría derrotar al kirchnerismo en las urnas mediante Massa pero quiere algo más. Se propone liquidar la experiencia kirchnerista mediante un final adelantado y caótico. Quieren un escenario aleccionador: para llegar a un próximo gobierno condicionado, que no tenga margen más que para imponer un programa de ajuste y represión. Y para demonizar cualquier experiencia "populista" (es decir: otro gobierno indócil a los poderes de facto, como es el kirchnerismo) en la década venidera. Un escenario de vaciamiento de la autoridad política para que vengan los técnicos a reparar lo que ha sido roto:una vuelta a la Argentina Normal.
O, como dice Cristina: el Círculo Negro:
"Y el Círculo Negro? Ah no, esa definición es mía. Ayer en Tiempo Argentino pág. 25, titular: “Ya Venden Alimentos Vencidos en Grecia”… “Más de un millón de empleados públicos no cobran sueldo desde hace casi un año, pero siguen yendo por temor a perder su empleo”. Increíble. Es más, aprobaron normas desde el Estado autorizando a vender alimentos vencidos para abaratar costos. ¿Cuál es el problema de Grecia? El más grave, el mismo que teníamos nosotros en el 2003, la deuda externa. Es que después del Círculo Rojo, siempre viene el Círculo Negro".