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Último momento: la derecha existe

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por Oscar Cuervo

Hay un sector de la clase media ilustrada, pequeño pero ruidoso, es decir, con ganas de hacernos oír, que hemos tenido nuestro breve rapto populista. Tres años. Desde el otoño de 2009 nos implicamos en el sostenimiento del extremadamente frágil Estado populista, con una estética más pop que popular. Vivimos con júbilo la inesperada fiesta del Bicentenario, compañeros, que fue el primer remezón del shock kirchnerista, seguido pocos meses después por la muerte de Néstor y la irrupción de una generación con ánimo de militancia, y que desemboca en el pasmoso triunfo de Cristina en 2011. Ahí cuando nos baja la euforia, nuestro mood cambia: empezamos a ver los detalles enojosos. Algo de la prédica neoliberal nos permea. Compañeros las pelotas. Empezamos a ponernos incómodos con la posibilidad de quedar pegados al Estado, que ya no nos parece frágil. Para nuestra cultura de décadas de estado militar clerical, que desembocó en el Estado gerente del ajuste, no es cómodo asumir el Estado como un campo de disputas. Es mucho más cómodo, más afín a nuestra formación ilustrada, producir la distancia irónica ante la cual todo funcionario es un burócrata y todo militante un incauto. No concebimos sino razones espurias para responsabilizarse por el estado. Una pequeño burguesía ilustrada como la nuestra, "compañero" -ya dicho con ironía-, por más pequeña que sea, se tiene fe para generar su propia visibilidad, porque lo que soy no me lo regaló nadie, es consecuencia natural de mi talento y gracias a mis padres que me mandaron a un buen colegio.

Digamos que es muy fácil enumerar motivos del desencanto. Todo compromiso político se asume desde un fondo primordial del desencanto. Cualquier conciencia honesta sabe de la turbiedad del mundo. Cuando la derecha se burla del funcionario enriquecido que vive en Puerto Madero y del militante rentado que aspira a eso mismo, o del perejil que es peor aún que los dos anteriores porque es capaz de defenderlos sin sacar una sola tajada, o del viejo nostálgico cuya generación fracasó en su sueño revolucionario y ahora quiso prenderse en la última oportunidad de salir a la calle, cuando dice la palabra "épica" entornando los ojos, cuando el cinismo guiña el ojo y dice "el relato", ahí habla el estadio tardío del capitalismo, que necesita que todo lo sólido se desvanezca en el aire y que desea que la realidad se burle de los tontos idealistas y quiere convencer a todos de que cada uno debe labrarse su lugar en el mercado si tiene aptitudes, porque el mercado te deja un resto de vida a ser consumida en la privacidad del living. Salir a la calle es aborrecible. Hay que quedarse en casa y tuitear la vida. Eso es el Coronel Gonorrea. Un apóstol del gran hastío.

Ser un desencantado es básicamente fácil: toda socialidad, desde Sócrates hasta hoy, al menos, se ha amasado siempre con residuos de mitos, de equívoco y sofística. ¿Cómo separar la verdad, cómo desencubrirla y ponerla a salvo de las burlas de Aristófanes y de la condena social que vio en Sócrates a un depravado y un fracasado peligroso? Un asunto tan peliagudo empujó a Platón a inventar la metafísica, tarea desesperada e incesante. El propio Platón asumió que se trataba de una lucha de gigantes (gigantomaquía perí tes ousías) en pugna por lo que es; batalla cultural, hoy díríamos con sorna. 

No se sale ileso de esa pelea. 

Quien no asume esa falla nunca llega a entrar en política. Descubrir la inconsistencia de los populismos latinoamericanos, sus residuos de conservadurismo, sus más que evidentes contradicciones, sus pozos ciegos, sus fragmentos de mito y de sofística, avivarse de que el peronismo está lleno de pícaros no requiere de un talento especial. Qué bárbaro este Jorge Asís, al final qué preclaro. Evita era una actriz de radioteatro y Perón usó su cáncer para ganar elecciones. Eso lo sabe hasta Victoria Ocampo, mirá si no lo vamos a saber nosotros que leímos un poco a Marx y otro poco a Caparrós. Capaz que no. Distanciarse de esa molesta fricción de la historia es fácil. La derecha provee los detalles por los cuales uno ha de descreer. Eso es Lanata, El te enseña la moto de Boudou y te muestra una escuela precaria en Formosa y vos, que venís de un buen colegio, como me dijo aquella noche Schmidt, descubrís de pronto que el populismo es una impostura. Que hay coimeros y hay mentirosos y hay cosas que no están bien. Eso solo te puede resultar suficiente para desencantarte, es decir, para ponerte en sintonía con el mundo. Entonces das por terminado tu rapto populista. Volvés a creer en vos, tu única religión: sos vos el que le diste lustre al Estado y no le debés nada al Estado.

Te empezás a tuitear con Gonorrea y con Frangoyo, lo faveás a Lucas Carrasco, te hacés amigo de unos muchachos macristas, que serán lo que quieras pero son macanudos. Has ingresado al post.populismo. Basta de boludos. La política será para vos pop o no será nada. Pero el capitalismo tardío tiene su propio zeitgeist. El consumo irónico. Lo importante es no dejar de consumir. Entonces esperás que Berni diga algo o que Boudou se quede callado o que Cristina le dé un beso a Alperovich y te acordás de que vos no creés en nada más que en tu propio talento. Tuiteás: tratarás de que en 140 caracteres se crucen la Xipolitakis con Laclau, o Luciano Arruga con Boudou. Y quedás regio. El transfondo permanente es uno solo: la indiferencia. El consumo irónico es la máxima tonalidad afectiva permitida, por eso nunca vas a hablar de la derecha, porque eso supondría una izquierda. No hay modulación irónica para usar la categoría de "derecha". Vos estás preparado para burlarte del Estado, nunca de los privados, nunca de la derecha. La derecha es seria porque defiende sus prerrogativas con crueldad y consistencia. Con eso no se jode. 

Último momento: la derecha existe.

En el coloquio de IDEA que se está haciendo en Mar del Plata los empresarios nos ponemos loquitos contra el gobierno. Ya tuvimos suficiente con 11 años de populismo. No queremos saber más nada de discutir con políticos: queremos dictarles nuestro programa. El populismo no puede durar 12 años, 11 años es lo máximo que estamos dispuestos a soportar. El fin de ciclo es hoy: este es el año de transición y este populismo nos tiene hartos. No vamos a esperar el resultado de las elecciones, esto lo votamos entre nosotros cuarenta y tres este mismo fin de semana en Mar del Plata y sanseacabó; después lo ejecutan nuestros mandatarios. Basta de la Yegua, no queremos oírla más, pónganle una cinta en la boca, como en el dibujo de Sabat.

Y nosotros los pequeños burgueses ilustrados damos por terminada una etapa. Ya tenemos hijos. ya fue.

IDEA: los empresarios quieren que los candidatos firmen un acuerdo sobre políticas de Estado

Lo adelantó el presidente de IDEA, Miguel Blanco; habló de "una especie de pacto, un acuerdo mínimo"
"¿La idea es sacar un acuerdo conjunto de algunas medidas de todos los candidatos?", fue la pregunta de Jorge Lanata. "Exactamente, eso es lo que estamos haciendo", contestó Blanco.
"Tenemos una última reunión, el jueves que viene, con Mauricio Macri . Y a partir de ahí haremos circular un documento, que ellos [los políticos] ya conocen, que hemos ido enriqueciendo en estas reuniones. Ese documento tiene un acta de compromiso", explicó.
"Un año difícil". Así definió Miguel Blanco el tiempo que resta para que concluya el gobierno de Cristina Kirchner. Serán 12 meses en los que, en su opinión, la actividad no reaccionará y no llegarán nuevas inversiones. "El año de la transición será difícil, pero tenemos el compromiso de seguir adelante", aseguró.


En Mar del Plata

Sin Scioli y Macri, precandidatos hablaron de "una Argentina de acuerdos"


Los precandidatos se sometieron al debate de diferentes tópicos.
Los precandidatos presidenciales del Frente Amplio Unen (FAU) Julio Cobos, Ernesto Sanz y Hermes Binner, y el del Frente Renovador, Sergio Massa, expusieron sus propuestas ante empresarios en el cierre del 50º Coloquio de IDEA, durante el cual criticaron al Gobierno de Cristina de Kirchner y proclamaron que en 2015 se viene "una Argentina de acuerdos".

Los precandidatos presidenciales también defendieron su participación en el foro empresarial, al que la Casa Rosada considera opositor y varios funcionarios del Gabinete cuestionaron con dureza esta semana, y señalaron que "hay que terminar con la Argentina de las divisiones y de los enfrentamientos".

En IDEA, Daniel Sabsay desafió a Cristina Kirchner: "Que muestre el título de abogada"

El abogado constitucionalista pronunció un duro discurso en el foro empresario de Mar del Plata; descalificó al canciller Timerman

El especialista en derecho constitucional propuso de cara al futuro "hacer un acuerdo de políticas públicas, cumplir con la ley, terminar con la impunidad y restablecer la libertad de expresión" y poner coto al "capitalismo de amigos".
Así la ponencia volvió a hacer eje en la política. El discurso de Sabsay seguía: "Basta de un matrimonio presidencial. Ahora nos quieren poner al hijo presidencial y no lo ponemos permitir", dijo en tono de declaración.

TIMERMAN E IRÁN

Sobre el final del discurso, la tensión llegó a un punto máximo en el auditorio cuando Sabsay se refirió al canciller Héctor Timerman y lo llamó "traidor" por firmar un memorando de entendimiento con Irán para investigar el atentado terrorista a la AMIA.
"Estoy avergonzado del Canciller que tenemos. Es un traidor. Es un judío que se fue a negociar con [Mahmoud] Ahmadinejad [ex presidente de Irán], un negador del Holocausto. Me da vergüenza. Es un indigno y un sátrapa. Nuestro pueblo sufrió millones muertos y este tipo lo niega. Lo digo como judío", disparó para finalizar la ponencia.
Antes de despedirse, todo el auditorio se puso de pie para aplaudirlo de modo sostenido. Se escucharon algunos comentarios y gritos en tono de jolgorio. Definitivamente, un episodio nunca visto en este encuentro empresario desde que el kirchnerismo llegó al poder.

Entrevista a Rogelio Frigerio

"El Gobierno debería preocuparse un poco más por lo que está pasando"

Entrevista de Liliana Franco, Mar del Plata, enviada especial.-

Rogelio Frigerio (h) presidente del Banco Ciudad estima que el Gobierno intentará acordar con los holdouts en enero más por"miedo" que por convicción. En un breve diálogo mantenido en el lobby del Hotel Sheraton de Mar del Plata con ámbito.com, el economista alertó sobre el avance del sobre el avance del gobierno sobre el sistema financiero aunque admitió que "aún está muy sólido".

Periodista: ¿Cree que hay razones económicas para que el Gobierno tenga miedo?
Rogelio Frigerio:
 Y sí, miedo o preocupación, la misma que tenemos todos los argentinos. Si uno ve que para enero las reservas siguen cayendo, los dólares no entran, la gente sigue sacando los dólares del sistema y el nivel de actividad sigue cayendo y me parece que sería saludable que se preocupen un poco más por lo que está pasando en la Argentina.

P.: ¿Cómo está el sistema financiero?
R.F.:
 El sistema financiero es la gran diferencia de esta crisis respecto de otras y es el principal activo que tiene el Gobierno. Por eso me preocupo cuando veo algunas medidas tendientes a erosionar ese activo.

P.: ¿Cómo cuáles?
R.F.:
 Por ejemplo, poner un piso en la remuneración de los depósitos, poner un techo en el cobro de los préstamos, restringir, achicar o erosionar patrimonialmente al sistema financiero tiene un riesgo, tiene el riesgo de erosionar quizás el único activo que tiene este modelo que es la solidez del sistema financiero. 

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