Algunos les reclaman, a quienes repetían como loros que Cristina avasallaba instituciones, por este Macri que gobierna por decretos. ¿No estarán esperando que el otro sea como uno? Lo más difícil es entender que el otro no es como uno y que Macri no es como Cristina. Escandalizarse con el Macri que gobierna por decreto significa que se ha esperado que no fuera Macri. Indignarse por lo que hace la derecha y más aún, esta derecha rabiosa, quizá nos muestra que no entendimos lo que significa ser de derecha. Que hayan mentido y engañado es parte de su ADN. ¿Nos vamos a sorprender porque son lo que son? Ellos quieren llegar al poder para poder hacer lo que quieren, ya sea por la fuerza o por el engaño (elecciones). Después agarrate. Tiene razón Cristina cuando dice que no te las agarres con las ingenuas víctimas de la mentira, sino con los que les han mentido. Pero también puedo dudar que todos hayan sido ingenuas víctimas del engaño. Muchos piensan de la manera en que lo hace Macri y participan de una ética diferente a la tuya. Por lo tanto reclamarles desde tu ética, desde tu escala de valores, es como reclamarle al zorro por su ataque a las gallinas. Si son zorros no los podés cuestionar en su ser de zorro. Claro, vos no podés convertirte en zorro, pero tampoco esperar que el zorro cuide tus gallinas. Es el problema de siglos de historia humana. Por eso ha sido un golpe de fortuna haberlos tenido a Cristina y Néstor, porque cuidaban nuestras gallinas. A este gobierno de derecha (bien de derecha) no le podés reclamar que declaren sus intenciones, porque nunca lo harán y menos aún que te reconozcan que no lo harán (te mentirán siempre). Se trata de un ejercicio difícil defender tus derechos en estas circunstancias, por eso es gravísimo para la República que hayan llegado al poder. Habrá que apelar a la inteligencia de comprender quiénes son, en principio. Pero reclamarles que siempre hablaban de República y ahora avasallan sus instituciones es como pedirle al zorro que no se oculte antes de atacar a su presa o que te advierta anticipadamente que lo va a hacer. Y a los que participen de esa ética, también puede ser infructuoso todo reclamo. A las víctimas ingenuas del engaño, habrá que esperar que la realidad los desengañe. Pero si la evidencia de su propia realidad no les hizo dudar de las mentiras mediáticas podríamos dudar del efecto de desengaño cuando los golpee la realidad. Por eso, no seamos ingenuos frente a los zorros, frente a sus cómplices y frente a los que prefieren sumergirse en el engaño. No seamos ingenuos.
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